NO CONTINUIDAD EN EL TRATAMIENTO PARA QUELOIDES

En el congreso “Papers of the 3rd Japan Scar Workshop” celebrado en Japón en 2008, se analizó la no continuidad de los pacientes en los tratamientos sobre queloides.
El tratamiento para las cicatrices queloides es un tratamiento a largo plazo, y son muchos los pacientes que se desaniman porque no ven resultados de manera inmediata.
De un estudio con 285 pacientes con queloides, 78, el 27,3% aseguraron que no continuaron con el tratamiento por el dolor producido durante la inyección intralesional. Se aseveró la importancia de reducir el dolor para que los pacientes pudieran continuar con el tratamiento.

ELIMINAR CICATRIZ QUELOIDE

"Un queloide es difícil de tratar", eso me dijo mi médico la primera vez que acudí a su consulta para ver como podía solucionar mi problema.
En aquel momento, desconocía por completo que era un queloide, solo veía una cosa fea y roja que había decidido alojarse gratuitamente en mi piel y fue por eso, por desconocimiento, por lo que apenas le di importancia a su comentario. Efectivamente, después de varios años, he podido comprobar que un queloide se puede mejorar pero no se puede eliminar por completo.
Actualmente, existen muchas técnicas para intentar solucionar este antiestético problema pero ninguna de ellas con resultados cien por cien satisfactorios.
Ante la aparición de un queloide, será de vital importancia acudir al dermatólogo a la mayor brevedad posible ya que los queloides recientes responderán mejor al tratamiento que cicatrices queloides antiguas.
A pesar de todo, todos aquellos que padecemos este pequeño gran castigo no debemos perder la esperanza de que algún día, nuestros queloides, podrán ser solo un recuerdo en nuestra memoria, porque la ciencia avanza, quizás lenta en este campo, pero se siguen haciendo ensayos y estudios con pacientes probando nuevos fármacos.
Solo es cuestión de no perder la esperanza, y de pensar que mientras tanto, cada uno de nosotros somos mucho más que un simple, y feo queloide.

LA BELLEZA


Cultivo mi belleza interior, porque la belleza física desaparecerá con el paso imparable de los años.
No soy un pie o una mano, o un queloide, sino un conjunto de valiosos valores personales.
Detrás de la máscara, siempre habrá una mirada, y detrás de la mirada, siempre estarás tu.
Cultiva, tu personalidad.

Cuenta la leyenda, que Narciso contemplaba todos los días su belleza en un lago, con tanta fascinación que un día se cayó y se ahogó.
Cuando Narciso murió, llegaron las Oréades - diosas del bosque - y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lágrimas saladas.
- ¿Por qué lloras? - le preguntaron las Oréades.
- Lloro por Narciso - respondió el lago.
- ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! - prosiguieron ellas -. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
- ¿Pero Narciso era bello? - preguntó el lago.
- ¿Quién sino tú podría saberlo? - respondieron, sorprendidas, las Oréades. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes.
Finalmente dijo:
- Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.
Lloro por Narciso, porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza. (Leyenda de Narciso, Oscar Wilde)